Acto primero: Diálogo.

Un mujer de largos cabellos y traje azulado bajo unas largas y profundas escaleras de piedra.
Al final, un lugar enorme. Una especie de cueva.
Silencio. Tranquilidad. Paz. Armonía.
En medio de todo, un agujero cuadrado. Y en uno de sus lados, el que debe enfrente justo de la "entrada" había una gran roca aplanada, donde estaba sentada una chica de no mas de 18 años, con pelo corto y negro.
Reposaba tranquila, dejando ver su elegante kimono blanco.
La otra se acercó a ella y se sentó cerca de sus pies.

-Llevas mucho tiempo callada... ¿Estas bien?-
-.....bah.-Suspiró la chica de cabello mas corto.
-¡Eh! ¡ Mírame y dime que pasa! Estamos preocupados... aunque no lo creas...-
-Solo han cambiado cosas. Déjalo. Tonterías.-
-¿Acaso....estas.... de acuerdo conmigo?-
-¡¡ Cállate!! ¿Me oyes? O te iras a donde deberías estar.-
-Estas demasiado débil para ello...-
La chica de pelo corto se levantó y miro enfadada a su compañera. Habló entonces con decisión.-Puedo recuperar las fuerzas cuando quiera. Esto no es como hace 1 año.-
-Yo lo veo así también.- La mujer de tonos azulados llevo lentamente las manos a su pecho mientras hablaba.- Y por eso todo esta cambiando... Deberíamos estar juntas en esto. ¿No crees?-
La otra solo le dio la espalda.
-Miedo. ¿Verdad?-
-Cállate...-
-Es normal...yo...-
-¡¿Tú que sabes?! Vas por ahí, caminando elegantemente y diciendo que todo es bonito y hermoso. ¡Venga ya! Deberías ser mas seria.... no estar con tanta chorrada de decir que es "bonito"... Encima eres una masoquista. Porque te hacen daño y sigues y sigues y sigues... ¿no te cansas de salir a sufrir?- La mas joven miró de golpe  a la otra y soltó todo. Era un enfado extraño. O eso pensó la chica de rostro azulado por el tatuaje que portaba. Esta misma chica se acercó a la otra, sin tocarla, pero le hablo lenta y dulcemente.
-...Desde afuera, es normal pensar eso. ¿Pero sabes qué? Que sufrir es mi misión.-
La otra la miró con sorpresa y un poco de pena.
-Bien hago disfrutar o bien hago sufrir. Pero siempre siempre, intentare lo primero. En la vida ocurren cosas, muchas, que hacen que sufra... pero por ello no me debo rendir. No por dos o tres ejemplos debo rendirme... Sé que he pecado de lanzada y de hacer todo rápido... por eso quiero tu ayuda y que hables. Todos lo queremos. Habla, por favor. Dí lo que piensas. Yo si lo necesito. Quiero que nos unamos por una vez.-
-Acaso....¿ Cambiaría algo con eso?- Difícilmente, habló la del pelo corto. Tragaba difícilmente y sus ojos brillaban.-¿Acaso pasaría algo distinto a la otra vez? Basta ya de dolor.....-
La chica de pelo mas largo la abrazó.
-Es lógico tener miedo. Pero no te rindas. Ayudemos al cuerpo a salir adelante. ¿Vale?-Acarició la cabeza de aquella niña y ésta se soltó violentamente.
-¡Basta!... Yo... yo pensaré.-
-Piensa en el cuerpo en el que estamos.-
Los ojos de la del kimono blanco, se abrieron con sorpresa y miraron a la otra.
-¿Qu...que?-
-Piensa en la que nos creó y nos dió la vida.... Piensa en el cuerpo por el cual yo estoy aquí, bombeando y el por el cual eres tú la que lo gobierna... Sé que es casi imposible que nos uniésemos. Pero... ¿no podríamos ir por el mismo camino?-
-......Ya veré. Ahora no lo sé.-
La de tonos azulados puso una mano sobre el hombre de la del kimono blanco.
-Sae.... tranquila. Piensa sin miedo. Con fuerza. Con la fuerza de hace meses y hace muchísimos años.-Se dirigió entonces a la salida de la "cueva" dando la espalda a la otra.
-Reika.... ¡Espera!- La nombrada se dió media vuelta.-¿Quien te manda? ¿Porque estas aqui? ¿Fue Kirie?-
Reika solo sonrió.
-Me mandó aqui el mismo que estas pisando ahora mismo. No fue Kirie. Solo fue el mismo cuerpo. No te dire nada... solo quiero que haya la unidad que no hubo antes. Y ademas, yo sé, que tu tambien quieres lo mismo que yo... aunque estemos distanciadas.-

Y al final, Reika salió y volvió a su hogar, mientras que Sae se quedaría allí, de nuevo en la roca...pensando.

[Fin del primer Acto]
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¿No entienden? ¡Mejor!
Porque NO lo voy a explicar.
-Se va riéndose malvadamente-