domingo, 10 de abril de 2011

Historia Nº 1.



Había una vez una niña, sus ropas eran blancas y finas al igual que su piel.
Siempre admiraba la luna cada noche. Y junto con ella, a las estrellas.
Era su pasatiempo favorito. Esperar a que anocheciera y mirar las estrellas.

No podía salir a la calle a pasear, pues rodeada estaba de una celda hecha con madera.
Aún con ese material, le era imposible romper nada. Ni siquiera tenía la mínima fuerza para romperlo todo.
Y además, por ahora, en el fondo de su corazón, no deseaba salir... le daba miedo todo lo que no fuera la noche y la luna.

Una noche, como otras tantas, estaba ella en la ventana. La Luna estaba de un color extraño, parecía dorada.
Los ojos de la niña se llenaron de alegría al verla así.
Juntó sus manos y pidió un deseo. ¿Sería concedido?
Mientras deseaba, escuchó algo. Eran en la casa de enfrente. De ahí provenía un sonido extraño pero de dolor. Sólo se veía una luz en una de las múltiples ventanas y una sombra rodeada de plumas que volaban.

La chica se preocupó y se asomó más aún, pero sus ojos enfermos no consiguieron ver nada más.

Se hizo para adentro, juntando sus manos y suplicando que no hubiera más sonidos de dolor.
Entonces escuchó como algo se posaba en su ventana... era una paloma blanca... sin plumas y que se tambaleaba.
La niña fue a cogerla rápidamente, y la paloma cayó desmayada en sus jóvenes y pequeñas manos.
-Tranquila... pequeña paloma... pronto te pondrás bien.- Tiernamente cerró la ventana y colocó a la paloma en su cama, tapándola suavemente y acariciándola toda la noche. Ella no durmió ni un minuto.

Al día siguiente, cuando los rayos de sol ya comenzaba a molestar a los ojos de la niña, la paloma se movió, se quitó las mantas y observó a la niña, que la miraba con una sonrisa. La misma que durante toda la noche.
La paloma se mareó y la niña la recogió.
-No hagas esfuerzos... estás... estás...-La sonrisa de la niña se había borrado y ahora solo había preocupación en su rostro.
-Estoy bien...-La paloma habló.-...Sólo... debo ponerme en pie y ya está.-
-Pero...-
-¡Puedo yo sola!-
-Déjame que te ayude. Además, sin plumas... no podrás volar.-
La paloma cayó y se observó. Estaba cansada, sedienta, con hambre y adolorida. Así que solo asintió.

La niña le sonrió y la cogió suavemente.
-¿Te....quieres quedar conmigo hasta que te cures...?-
-....Vale. Pero no quiero molestarte ni herirte.-
-Sé que no lo harás.-Dijo la joven riendo y besando a la paloma en la cabeza. Ésta, solo se sonrojó.

Días después, la paloma preguntó.
-¿Porqué no sales de aquí?-
La niña la miró perpleja.-¿Como? No tengo alas como tú... ojalá.
-Podrías si tiraras esto abajo... además. Si las tienes. ¿No ves ese aura que te cubre las espaldas?-
-Sólo te lo imaginas... la medicación para tu curación te hace ver cosas...-
-Yo no veo cosas donde no las hay.-
La niña rió.
-Tranquila. Algún día seré como tú y me transformaré en una paloma y podré volar por esta ventana.-
La paloma la miró y la niña sólo la besó.

Pasó el tiempo, muy rápidamente, y entonces un día, la paloma ya tenía su plumaje recuperado.
Observaba sus alas con elegancia, delante de la niña.
-¡Estás preciosa!-Dijo ella.
-Mentira...-
-¡Verdad!-Decía la joven, poniendo cara de enfado fingido.
-.....Lo que tú digas.-Siempre eran así sus conversaciones y eso hacia reír a la niña.

La paloma entonces se alejó caminando de donde estaba la niña y se posó en el borde de la ventana, que estaba abierta y mostraba muchos rayos de sol. La niña no se podía acercar, la luz le hacía daño.
La paloma, ahora más bonita que nunca e incluso brillando por los rayos del Sol, habló a la muchacha.
-...¿Porque no me metes en una jaula como todos? Los humanos encerráis a nuestra especie y no la dejáis salir.-
-Yo no haré como ellos. No soy tan egoísta como para encerrar a alguien junto a mí sin que esa persona o cosa quiera. Además, quiero verte feliz, ahí, volando y siendo libre. Yo no te encerraré, y aquí podrás venir cuando quieras... eso sí, siempre hazlo de noche. Estaré esperando despierta.-
La paloma no sabia que decir. 
Una niña tan joven hablando así.... no lo comprendía. Agachó la cabeza, miró al cielo y luego a la chica.
-Ve.... vuela y sé libre y feliz.-
-....-

La paloma voló hasta acercarse a la niña y se quedó en su regazo, cerro sus ojos y acarició con su cabeza las manos de la niña.
Esto hizo que la niña sonriera y que incluso un sonido de risa, que hablaba de felicidad, saliera de ella.
La comenzó a acariciar. Ahora era suave, mucho más que antes, y estaba realmente preciosa.

-¿Sabes....? Mi plumaje desapareció porque me lo arrancaron.-
Los ojos de la niña se abrieron de par en par. No paró de acariciarla, pero se sintió extraña.
¿Como alguien era capaz de tal acto? La niña se puso triste y sus lágrimas amenazaban con salir... más no lloro para no asustar a la paloma. Sólo escuchó su historia.
-...Hay una chica que es vecina tuya... vive enfrente. Fui a su ventana igual que en la tuya... pero era todo distinto. Ella no me trató bien... experimentó conmigo y... sospecho que lo habrá hecho con más palomas...-La paloma suspiró. Ahora la niña tenía rabia e irá en su mirada, que ocultaba tras su cabello oscuro.
-Me arrancó las plumas... me abrió en canal y me robó el corazón para usarlo y vivir más tiempo.-
-Eso es horrible....-La chica se llevó las manos a la boca.
-Por eso...-La paloma fue a la ventana de nuevo.-No me quedaré contigo.... No por ella. Si no por mi. No quiero que un animal vacío te haga sentir mal. Mereces un animal pleno.-
-Ni que fueras un erizo....Además...eso.....-La chica se quedó sin voz pero se levantó, y con la mano echa un puño y dirigiéndose a la paloma, consiguió hablar.-Me da igual. Quiero estar aquí. Voy a estar aquí. Y te conseguiré un interior nuevo si hace falta.-
-Eso no se podrá lograr nunca.-
-Pues me quedaré aquí... y cuando se haga de noche y estés triste, ven. Hablaremos y lo pasaremos bien. Así serás al menos feliz... ¿no?-
La paloma no supo de nuevo que decir. Sólo desvió la mirada.
La niña la cogió entre sus manos y la obligó a mirarla.
-Ven, de noche. Cuando no sepas donde ir. Yo estaré aquí.-
-....¿Porqué?-
-Porque quiero ayudarte ya que tú me has ayudado a mi.-
-¿En qué? No he hecho más que molestarte... y ahora me iré... y te dolerá... y no quiero que llores.-
-No lloraré... Y me has ayudado a ser feliz a pesar de estar encerrada. Me hablabas del mundo exterior... de como es el cielo... de todo. Y me has enseñado a querer luchar... ¿Eso no es nada acaso? Para mi es mucho.-
La paloma comenzó a volar lentamente, mientras miraba los ojos oscuros de la niña.
-Gracias...Por ser así conmigo...-

Luego comenzó a volar y volar cada vez más alto, perdiéndose entre los rayos solares. 
La niña quiso mirar, pero no pudo. Sólo sacó una mano por la ventana y la despidió.

No habló más. Sólo cerró las ventanas, echó las cortinas y se sumió en su oscuridad.
Esperó sentada en la cama... y la espera le dió sueño. Abrió las cortinas, quería ver si algo se posaba en ella.
Y esperó y esperó...noches más noches y de la espera se durmió.
Y durmió y durmió...
Tanto que su cuerpo se acostumbró. 
Tanto que su cuerpo vió felicidad en el sueño.
Así que durmió y durmió, y durmió y durmió.

Y ahí quedó, su cuerpo, estirado y dormido, esperando.

...
¿Que pasará?
¿La paloma volverá?
¿La paloma pedirá ayuda o querrá siquiera volverla a ver...?
La niña ahora duerme con una cara de esperanza.

¿Quieres saber que pasará?...

Dímelo tu.

¿Que pasará?
¿Que hará?
Si la niña muere, si la vecina bruja gana, si la paloma vive y es feliz... todo eso... acabará en tu imaginación.

Sólo cuando la niña se quiera despertar, continuará la historia.
Mientras, crea tú mismo tu final en tu mente.

A dormir... a dormir.

FIN.


1 comentario:

  1. Que bonito Artemisa T____T
    me encanto. Muchas partes sono todo muy demasiado poetico.
    Es serio, me gusto mucho T__T
    La niña no sabe que las palomas tienen cientos de enfermedades tansmisibles? D:
    Les hara daño, lo se (?)
    que va, que va xDDDDDDDDDD
    Espero que tenga un final feliz *WAA*

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