domingo, 18 de diciembre de 2011

Siempre igual.
Veo miles de obras dramáticas en las que los actores sufren con el papel que les dan.
Algunos simplemente tienen los ojos tan llorosos que no ven las letras de sus hojas, pues, están fueron borradas por las lágrimas que no quieren mostrar al público.
Yo me levanto y junto mis manos alrededor de mis labios gritándoles que esas hojas deben romper... pero no hacen caso. Luego el acto, que no la obra, termina.

Todos se llenan de la oscuridad de los focos apagados. Todos se ponen mal y gritan por soluciones.
Me gritan por soluciones... o una frase ánimo.

No me sale ninguna.

¡¡Romped ese papel y sed felices de una vez!!

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